Parar el mundo y descorrer la cortina del cielo
como quien abre el párpado de un Dios dormido
y pactar con los angeles y demonios
un circuito de tu cuerpo al mío,
y entenderte sin llaves y con magia
y tatuarme en tu alma sin prisa
y habitarte sin puertas y sin citas.
El aliento de tu mirada
libra un combate con mi silencio.
Tus ojos y mi boca.
Tus ojos dos puentes que esperan,
Mi boca un bastión de cristal,
una trinchera de humo,
una muralla de seda.
Derrótame si puedes,
una vez que pise de nuevo tu piel.
Enciérrame si sabes,
una vez que cruce de golpe tu mirada.
Pero recuerda que mi vida se acumula
en un punto suspendido móvil.
Que tengo el alma llena
de partituras inacabadas.
Que busco quien no escriba mi nombre
solo en paredes de piel,
que tu amor, ¡el amor!,
es un arma transparente.
Autoría: Yamuna
Perla Negra
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